Los ardientes gritos
de las infernales tinieblas
lentamente, escúchalos.
Tras sus gélidos corazones
la soledad que esconden,
pon tu mano y siéntela.
De la molesta luz del sol
refugiados, detrás de eternas
lunas llenas unos rojos pétalos
están, esperan poder salir.
Detrás de inexplicables tentaciones
con tu rojiza sangre, sus enigmáticas
puertas, muy poco a poco, ábrelas.
En sus negruzcos cielos
muertos de sed, abrázalos.
Antes de que amanezca
sus dulces llamas bésalas.
Tus afilados colmillos clavamelos
y de inmortales espinas vestidas
de oscuridad bebamos y para todo
el resto de la eternidad, cada noche
de frío invierno juntos quedémonos.
de las infernales tinieblas
lentamente, escúchalos.
Tras sus gélidos corazones
la soledad que esconden,
pon tu mano y siéntela.
De la molesta luz del sol
refugiados, detrás de eternas
lunas llenas unos rojos pétalos
están, esperan poder salir.
Detrás de inexplicables tentaciones
con tu rojiza sangre, sus enigmáticas
puertas, muy poco a poco, ábrelas.
En sus negruzcos cielos
muertos de sed, abrázalos.
Antes de que amanezca
sus dulces llamas bésalas.
Tus afilados colmillos clavamelos
y de inmortales espinas vestidas
de oscuridad bebamos y para todo
el resto de la eternidad, cada noche
de frío invierno juntos quedémonos.