Sangriento baño

Oscuros y sangrientos baños
de sangre, sobre mis gélidos
inviernos, van deslizándose
probando poco a poco el dulce
sabor de esta terrorífica
eternidad que llevo adentro.

Estas pequeñas gotas irresistibles
como los ardientes infiernos
lentamente, mis congeladas colinas
sin miedo al dolor van recorriendo.

Cada anochecer, mis negros pétalos
inmortalmente en vida los mantiene.

Tan seductora y sangrienta es esta
sensación que inevitable es dejarme
llevar por mis propios instintos.

Sobre este espejo, otra encarnada
figura vestida de blanquecina nieve
con sus afilados colmillos espero
que logre mis sueños ensangrentar.

¿Todo este sangriento baño de placer
y dolor, conmigo quién desea probarlo?

Por favor, asesiname

 

 Tras una resplandeciente
luna llena, a esta absurda
mortalidad que miles de porques
en soledad, a todo se dedica
a buscar, por favor asesiname.

Con esta angustia que entre
mis peores pesadillas, tras
oscuras arboledas no deja
de perseguirme no puedo vivir.

Lentamente, toda señal
de miles de siglos que bajo
la luz del sol como mortal
viví, en negruzcos anocheceres
como inmortal conviertelos.

Sobre rojizos ríos de lágrimas
con tus dulces y embriagantes pétalos
que tu eterno abrazo de la muerte
muy fuerte, por favor, abrazame.

Poco a poco mi cuello traspasalo
y bajo blanquecinos y congelados
inviernos, de tus sangrientas
pasiones dejaré que te alimentes.

Tu rojiza lluvia de dolor

 

Oh tétrica inmortalidad
en mis pálidos labios
que desérticos y secos
sin tu sangre están
por favor, bésalos ahora.

Encarnadas tinieblas
ardientes como sangrientos
infiernos, a mi desangrada
alma entregadle la muerte.

A oscuros versos
empapados de mojadas
lluvias de rojizas
lágrimas, con todo
mi dolor, vistelos.

Grisáceas lápidas
teñidas de gélidos otoños
por desnudos ataúdes
el placer que hacia
mi rojo líquido sientes
poco a poco, hazmelo saber.

Esa fogosa lengua tan sedienta
por mi congelado cuerpo deslizala
y dime a que sabe el alimentarte
de oscuros muros bañados de eternidad.