Nevada ensangrentada

Desangrándome ahora
entre gélidos copos
de nieve estoy.

Oh afilados colmillos,

mi frío cuello, poco
a poco besadlo y lejos
de lo eterno no me dejes.

Esos azulados ojos
prendidos en sangrientos
infiernos, permiteme verlos.

Con esta fría inmortalidad
envuelta en llamas, deja
que intensamente los abraze.

Esa irresistible fragancia
que tus rojizos pétalos en
mi despertaron déjame sentirla
y que eternamente juntos estén.

Oh sacia mi sed,amor mío

Oh amor mío de ardientes
tinieblas estos rojizos
pétalos, lentamente llenalos.

Alrededor de esa inmensa
penumbra, con tus sangrientos
besos ves tiñiendola.

Vivir sin abrazar tus afiladas
espinas es abrir las puertas
de mi pequeño y vacío castillo
sin reliquia ninguna que mostrar.

A esta agotada y hermosa
desnudez, que incompleta
está, con cada pequeña gota
de tu sangre alimentala.

Tantisimos azulados cielos
vestidos todos de oscuridad,
de gélidos inviernos pintalos.

¿Vas a perder oportunidades?

 

¿Entre una pesada penumbra
llena de oscuridad, cuantas
oportunidades perderás?

Bajo negruzcos anocheceres
muchos sangrientos besos
llenos de mucha veneración
te di, pero manchados quedaron
con tus inseguridades y miedos.

¿Como fueron capaces
esos pálidos labios
de hacerme algo así?

-Oh amor mío, a este solitario
y vagabundo corazón perdonalo.

Por tantisimas mentiras
quisiera perdonarlos, pero
gélida alma me lo impide.

-¿Tan difícil, otra vez
te resulta abrir las puertas
de tus ardientes infiernos
y darme esa sangre que tan
mía la siento en mis venas?