Como cada noche de luna
llena,muy lentamente,en mi pálido
y eterno cuello muérdeme.
Tras estas frías y gélidas
sábanas,el dolor que tus afilados
colmillos sobre mis espinados
y inmortales brazos,clavalos.
El dulce sabor de la eternidad
lentamente me provoca cada
vez más,dejandome llevar
por el dolor que me hace sentir
tal sangriento amor.
Esa azulada mirada
que hipnotiza,poco a
poco,del color de la sangre
se van tiñiendo.
Ese palpitar, va en aumento
haciendo que despierte la feroz
fiera que en su interior,durante siglos
llevaba guardada;de mi se sacia
de forma descontrolada.
haciendo que despierte la feroz
fiera que en su interior,durante siglos
llevaba guardada;de mi se sacia
de forma descontrolada.