Vacío está mi cuerpo
en medio de estos fríos
muros que en mi sombría
cárcel de dolor se convirtió.
Durante largos siglos
tu hermoso ser buscaba,
pero no lo encontraba.
Como la luna llena
que a las estrellas quería
abrazarte, pero la oscuridad
de ti quería alejarme.
Bajo este bello y hermoso
anochecer deja que mis afilados
colmillos tu cuello traspasen.
De lo eterno, entre congeladas
sábanas deja que forme parte.